viernes, 25 de septiembre de 2009

abolicion del clitoris en los emberas culturas de colombia


las mujeres de los emberas y de somalia africa les estan quitando sus derechos al hacerle la abolicicion del clitoriscon una cuchilla en sus aparatos reproductores desde que nacen osino se la han hecho a sus catorce anos de edad Periódicamente se reportan casos de ablación del clítoris a niñas indígenas, particularmente emberas. Algunos medios se hacen eco del tema. Alguna organización internacional pide la abolición de la execrable práctica. Los indígenas alegan que es “una costumbre ancestral que hace parte de nuestra esencia” Las cosas siguen iguales y se sigue mutilando a estas niñas, sin que el Estado haga nada para defenderlas. Este es sólo uno de los casos de estas abominables “costumbres ancestrales” que no llaman la atención de los defensores de los derechos humanos. Entre los uwas se abandona a los gemelos para que mueran y “se devuelva a la naturaleza a los mellizos, hijos de malos espíritus que embarazaron a la madre que se acostó mal, después de tener relaciones con su marido”, como sucedió en octubre de 2000 en Bócota (Boyacá). Nos horrorizamos cuando en algunos países islámicos imponen penas de flagelación y aquí los cabildos indígenas castigan a “fuetazos” a los transgresores de sus costumbres. Han llevado al cepo (Humbold, ya en 1801, criticó esta práctica) a una joven por el “crimen” de tener relaciones con un policía blanco (¿delito racial?). Se ha dado a los indígenas los derechos sobre grandes extensiones de tierras, 718 resguardos que representan el 27 por ciento del territorio nacional, que no explotan adecuadamente porque se niegan a emplear “métodos capitalistas” ya que, argumentan, los de ellos conservan la nevera donde guardan la comida y el agua para las generaciones futuras y que si se hiciera se desbocarán los jai (espíritus) malos y los jaibanás perderán ese vínculo con los espíritus buenos que les dan el poder de curar. Como si fuera poco, la Corte Constitucional sentenció (¡legisló!) que los indígenas, para “asegurar la supervivencia de sus comunidades,” no están obligados por el servicio militar y el Ministerio de Educación ha aprobado programas “etnoeducativos” para algunas comunidades que excluye materias básicas para incluir enseñanzas tradicionales que las mismas familias han criticado, por ejemplo, explicando que ya no existen ni una lengua ni una religión kamkuanas y que mejor les enseñen matemáticas y sociales.Parece que, al menos algunas comunidades, no se sienten parte de Colombia, como la que cuando el Presidente asistió a una de sus asambleas en Piendamó en noviembre de 2008, se sentó al tocarse el Himno Nacional. Y hasta razón tendrán cuando la Constitución y las leyes colombianas no parecen aplicárseles, a pesar de que la primera dice (Art. 246) que sus normas y procedimientos no deben ser contrarios a la Constitución y leyes de la República y que la jurisprudencia constitucional ha reiterado que “sus costumbres e instituciones propias, (no deben ser) incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el sistema jurídico nacional ni con los derechos humanos internacionalmente reconocidos”. ¿Será que los derechos humanos de las niñas embera o de los gemelos uwa no son violados?

No hay comentarios:

Publicar un comentario